Hacemos las cosas bien, pero no lo decimos nosotros.

«Nos entusiasman los «baretos» de siempre. Esos en los que hemos pasado horas y el tiempo ha pasado en un suspiro.»

“Bareto abre a finales del 2021 en Madrid con la idea de recuperar la mítica cervecería de correos con su propuesta de tasca cañí.”

“Los desayunos más castizos con las mejores vistas de Madrid están en Bareto. Y si te quedas con ganas de más puedes alargar el desayuno a un vermú con gildas, boquerones, torreznos o berberechos sin cansarte de admirar la Puerta de Alcalá y el emblemático parque El Retiro.”

“Cañas bien tiradas con una espuma increíble, vermús ricos y vinos para combinar con tapas clásicas castizas como los torreznos sabrosos y crujientes, las bravas más auténticas o el montado de calamares que es tan de Madrid.”

«La intención: recuperar la esencia de las cervecerías madrileñas, de los bares y barras mas tradicionales de la capital con agradable terraza incluida, y hacer que regrese la vida de tasca.»

“Con el espíritu de las tabernas castizas de toda la vida, pero adaptado a los nuevos tiempos, aquí encontrarás una buena carta de raciones míticas que van desde los torreznos y los flamenquines (imprescindibles ambos) hasta las bravas, montaditos de calamares matrimonio de anchoa y boquerón…”

“El ambiente es estupendo (ojo con la terraza en plena calle Alcalá súper acogedora) y en su barra se acodan los turistas pero también los madrileños de buen comer que reconocen una caña bien tirada.”

“Su apellido lo dice todo: con origen en la barra. Y es que esta es el elemento principal., ¡y que tanto hemos echado de menos estos últimos dos años! De un local non stop donde lo mismo puedes desayunar el mejor sándwich mixto de Madrid, como tomarte unas ostras, disfrutar de unas bravas, tomar una buena ración de pulpo… mientras saboreas un vermú o una caña bien tirada a la hora que más apetezca.”

“Bareto surge con la intención de recuperar las tabernas y barras clásicas madrileñas. La tasca que se convierte en refugio donde tomar cañas bien tiradas con tapas, un vermú de aperitivo entre amigos o simplemente el bar que acaba cerrando porque te han liado aunque sabemos que no todo ha sido cosa de otros.”

«Cuando cruzas la puerta de Bareto sientes Madrid.»

“Vuelven al centro de la capital, al nuevo y patrimonial Paisaje de la Luz, los suelos con servilletas arrugadas, los camareros uniformados golpeando el vaso de cerveza, el plato del día y el bullicio prepandemia.”

“Ofrecer lo de siempre y sin complicaciones: ese es su objetivo. Todo ello se condensa en una propuesta gastronómica donde destacan clásicos como la gilda, el matrimonio de anchoa y boquerón, los flamenquines, el especial bocadillo de calamares o el montadito de ternera asada. La cerveza fría bien tirada se convierte en el perfecto complemento para una experiencia pensada para disfrutar de lo que más nos gusta.”

“Este bar, que ocupa el local de la histórica Cervecería de Correos en la que alternaba parte de la Generación del 27, sirve su ´bocata de calamares 3.0´. Un montado de chipirones sobre pan de cristal, mayonesa y un punto de salsa brava.”

“Una cocina sencilla y rica, una terraza en plena calle Alcalá y cañas bien frías a cualquier hora, ¿Qué más se puede pedir?”

“Bullicioso y con mucha solera. Este bar, muy cerquita de la Puerta de Alcalá, os ayudará a romper el hielo y a que os dejéis llevar en menos que se tiran dos cañas bien frías. Aquí el ambiente no puede ser más informal y las servilletas que cubren el suelo son marca de la casa, ya que como sus mismos dueños dicen, Bareto es un homenaje al bar de toda la vida. Un local sin pretensiones perfecto para calentar motores si es que van a venir curvas.”

“Del cruasán a la croqueta. ¿Qué te puedes tomar? Pues lo clásico de un templo de la gastronomía tabernaria madrileña.”

“Un bar- bar hasta las trancas, desde los churros del desayuno hasta las gildas, las conservas o ese pincho de tortilla de patata que sabe a gloria.”

“Del cruasán a la croqueta. ¿Qué te puedes tomar? Pues lo clásico de un templo de la gastronomía tabernaria madrileña.

“Lo bueno: ubicación inmejorable, carta informal y muy apetecible. Lo mejor: horario ininterrumpido con opciones para desayunar rico, disfrutar del pincho de media mañana o relajarse con unas cañas después de la oficina es posible en Bareto.”

“Este homenaje a los bares de siempre como punto de reunión tiene una terraza de ubicación inmejorable, en la calle Alcalá junto a la plaza Cibeles y enfrente del Ayuntamiento y sirve especialidades madrileñas como las bravas, los montados de calamares o de ternera asada, los torreznos o los flamenquines, todos regados por cañas bien tiradas, chatos y vermús.”

“Bareto es esto, es ruido, son cañas fresquitas, raciones castizas, barra de locales con solera y por supuesto hay bocata de calamares. Eso sí, los dueños de bareto han querido darle una vuelta de tuerca para convertirlo en un bocado más delicado, pero sin perder ese rollo cañí. Además, puedes probar su versión del flamenquín, las patatas bravas o las gildas. ¡Maravilla!”

“Bareto ocupa el espacio donde se encontraba la Cervecería de Correos lugar de reunión de poetas y literatos donde se gestó la Generación del 27.”

“¡Cañas, vermús y vinos! Imposible resistirse a la propuesta de este bareto en el que todo gira en torno a una barra de mármol y la terraza, que recupera la esencia de las antiguas cervecerías madrileñas. Un homenaje al bar de toda la vida, con una cocina sencilla pero de la que llena el estómago. Sus platos estrella son los torreznos las patatas bravas y el matrimonio de anchoa y boquerón.”

“Bareto es un homenaje al tapeo y al bar de toda la vida donde saben perfectamente tirar la caña o poner un rico vermut.”

“Bareto es el bar de siempre, de la caña bien tirada que recupera la antigua cervecería de correos, donde se gestó la Generación del 27. Tienen una única carta de picoteo en la que predominan las tapas clásicas. Cuenta con dos gildas: la tradicional y la Bareto. Esta última es la más exclusiva porque lleva pulpo, anchoas y aceitunas, aunque la normal también está exquisita.”

“Los platos estrella son los torreznos, las patatas bravas, el montado de calamares y el de ternera asada, los flamenquines y el matrimonio de anchoa y boquerón, tapas y raciones para picar.”

“La decoración está firmada por la interiorista Alejandra Pombo y en la concepción del espacio ha buscado una vuelta al origen y a las cosas prácticas: el objetivo era centrar la experiencia en torno a la mesa donde lo que importa es lo que vives en el espacio y lo que comes.”

“Esa tasca que se convierte en refugio, el lugar favorito para tomar unas cañas con unas tapas, el vermú del aperitivo, el sitio donde liarse y cerrar, donde juntarse con amigos y desconocidos y donde sucede la magia de Madrid. Todo esto es Bareto, el nuevo concepto de origen castizo en el que no hay normas ni reglas que abre en Alcalá 55.”

“Vuelve el bar de toda la vida.”

“Bareto es el lugar que necesitaba el centro de Madrid. Situado entre la Puerta de Alcalá y la estatua de la Cibeles, este bar de siempre con aires actuales invita a quedarte desde el aperitivo hasta la última cerveza de la noche. Cañas, vermús y vinos se alían con torreznos, bravas, gildas o huevos rellenos, es decir, esas tapas que siempre tanto gustan.”

“De 10 es esa cañita de cerveza bien fría y maravillosamente tirada; luego una carta que toca todas las teclas del mejor tapeo.”

“Bareto es perfecto para reconciliarse con la barra, la cocina tradicional y estar servido en media hora por menos de 20€. Bien decorado, súper céntrico, luminoso, con mucho ambiente, buenas copas, y lo que es más importante, una propuesta culinaria que está a la altura y que nos permite llegar a disfrutar del aperitivo, extendernos hacia el almuerzo o recurrir a él como la mejor opción para cenar barato y bien.”

«Bareto lo tiene todo para serlo.»

«Más castizo que un bocata de calamares, que una barra de mármol, que un camarero con chaquetilla, que una caña bien tirada y que una ración de bravas.»

«El local que ocupa Bareto, a un paso de la Puerta de Alcalá, fue la mítica cervecería donde Neruda escribía sus poemas y Lorca declamaba los suyos junto a Alberti, Celaya y un jovencísimo Miguel Hernández.»